La historia de Halloween
¿Cuál es el origen de Halloween?
Los historiadores coinciden en que el origen de esta mística festividad está claramente ligada al Samhain celta. ¿En qué consistía esta festividad? Se cree que para la población celta este festival anual era el momento de celebrar el fin del periodo de cosechas y la bienvenida al frio invierno.
Por qué Halloween se celebra el 31 de octubre
Para los celtas, el 31 de octubre era una fecha especial en la que se creía que la barrera que dividía el mundo terrestre y el sobrenatural se desvanecía, permitiendo que los habitantes de ambos mundos pudieran entrar en contacto, por eso también existía la tradición de encender grandes hogueras para ahuyentar a los espíritus malignos y disfrazarse con máscaras y ropas hechas de pieles de animales para confundir a los fantasmas. Esto convertía este icónico día, lleno de superstición y de ritos, en el momento idóneo para honrar a sus difuntos y realizar ofrendas de comida y bebida para aplacar a las almas errantes.
¿Halloween es igual al día de muertos?
Con la llegada del cristianismo, muchas festividades paganas se adaptaron dándoles un nuevo significado ligado a la religión.
En el siglo VIII, el Papa Gregorio III trasladó la festividad cristiana del Día de Todos los Santos al 1 de noviembre, en un intento por cristianizar Samhain. Es así como a la noche anterior se la empezó a conocer como la Víspera de Todos los Santos que traducido al inglés vendría a ser «All Hallows’ Eve», de donde, como te habrás imaginado, deriva el nombre «Halloween» (algo que comparte con el Día de Muertos, pues aunque no tengan nada que ver en cuanto a su origen, ya que el día de Muertos está vinculado a la tradición indígena prehispánica de América y no al Samhain, la festividad actual también tuvo sus raíces precisamente en una búsqueda de la armonía entre los rituales católicos llevados por los españoles y las tradiciones ancestrales de dichos pueblos).
Posteriormente, con la aparición de la Reforma Protestante se abolió la figura del santo, con lo que esta festividad quedó completamente suprimida en los territorios protestantes, pero no así su variante pagana en lugares con una tradición tan arraigada como Gran Bretaña y de ahí su posterior paso a Estados Unidos (principalmente tras la llegada masiva de inmigrantes de origen irlandés en el siglo XIX) donde se convirtió ya en el siglo XX en una de las fiestas más icónicas de todo el país y la más disfrutada por los peques de la casa.